Una de las cosas que la mayoría de los seres humanos hacemos, aunque sea una vez en la vida, es orar. Todos lo hacemos confiando en que esa oración será contestada. Por supuesto, contestada a nuestra manera. Todos de alguna manera esperamos que Dios acepte nuestro plan de vida, que diga sí a nuestros
ideales y que respalde nuestras decisiones. Sin embargo, esto no es una realidad. No porque Dios no quiera hacerlo, al contrario, porque Él quiere lo mejor para nosotros es que muchas veces le toca decir que no o hacer las cosas un “poquito” diferentes. Este libro cuenta una historia de 40 días de una experiencia no deseada, de la consecuencia a una decisión arriesgada y de una respuesta extraordinariamente inesperada de parte de Dios.

Este libro no es un derroche de teología, ni tampoco una revelación profunda de años de estudios bíblicas. Con este libro sólo quiero plasmar lo obvio, lo sencillo, los lineamientos que Dios decidió dejarnos en Su palabra, para que vivamos una vida próspera en todas las áreas. Yo creo que el plan de Dios es tan sencillo que nos cuesta creerlo; pienso que nosotros, tratando de vivir una vida cristiana llena de “sobrenaturalidad”, hemos complicado todo, nos hemos apartado de lo simple para tratar de buscar lo inentendible. Dejando así de ver lo que siempre hemos anhelado.